jueves, 12 de septiembre de 2019

Día de la imagen de las mujeres en los medios de comunicación


Día de la imagen de las mujeres en los medios de comunicación

Mara Régia Di Perna en el programa “Viva María”
Durante el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, en 1990, se decretó el Día Latinoamericano de la Imagen de las Mujeres en los Medios de Comunicación, en honor a la emisión del primer programa radial “Viva María”, producido y conducido por la periodista Mara Régia Di Perna en la Radio Nacional de Brasilia, que se mantuvo al aire durante diez años, desde 1980, teniendo como temática central las problemáticas de género y los derechos de las mujeres, siendo luego clausurado por el gobierno brasileño.


¿Por qué es importante pensar en la imagen de las mujeres en los medios de comunicación?

Porque los medios de comunicación son otras instituciones culturales, así como la escuela y la familia, que transmiten valores y  modelos culturales sobre el mundo, en este caso, sobre las relaciones entre las personas.  Forman parte de la construcción cotidiana del conjunto de actitudes, formas de pensar, de sentir, maneras de actuar, definidas para todos los sexos y géneros.

En la mayoría de las ocasiones, los  medios, a la vez que nos  invisibilizan, denostan a las mujeres, estereotipándonos y estableciendo estándares de belleza, de comportamiento e  incluso de formas de “ser  mujer” en la que  ninguna cabe. Son moldes que agotan nuestras posibilidades y proyecciones, nos coartan a la vez que perpetúan actitudes para con nosotras que siguen los lineamientos patriarcales de querernos sumisas, inferiorizar nuestras capacidades cognitivas y no darnos voz en los espacios en los que se detenta el  poder.


¿Cuándo hay mensajes sexistas?


Cuando:

 Se promueven estereotipos de belleza que no reconocen la diversidad de las mujeres, sino que validan la belleza únicamente como delgadez y juventud.

Se exhibe el cuerpo de las mujeres como producto o adorno, asociado a la publicidad de objetos como automóviles, cervezas, ropa, perfumes. La mujer no aparece como sujeta, sino como objeto que se puede adquirir sea través del dinero y que sólo sirve para proporcionar placer o prestigio.

 Se ubica a la mujer solamente en roles tradicionales del espacio íntimo y asociado a su papel como cuidadora.

Se justifican los comportamientos de violencia contra nosotras. Si nos golpean es porque no obedecimos o no fuimos tan buenas como se esperaba; si abusan sexualmente es porque nos vestimos de forma inapropiada; si nos violentan emocionalmente es porque no somos tan inteligentes ni tan capaces mucho menos bonitas como para merecer otro trato.

Se invisibiliza el aporte de la mujer a la construcción de lo político, lo científico, lo histórico.

Se ridiculiza o subvalora a las mujeres en cualquier actividad.

Todo acto que intente propiciar cotidianamente la reflexión sobre estas temáticas (el uso del lenguaje en los medios, las imágenes que  se deciden pasar al aire, las mujeres que son representadas en los medios, los tópicos sobre los que las mujeres son consultadas, entre otros) debe promover el trato respetuoso, inclusivo y no sexista y ser un trabajo colectivo, que involucre al resto de la ciudadanía en esos debates.


La conmemoración de esta fecha persigue, entre otros, el objetivo de visibilizar a las mujeres en su diversidad cultural, étnica, social y económica, a la vez que denuncia y se opone a la discriminación y a las violencias que sufren las mujeres en los medios de comunicación.


Por Yamila Medero 

miércoles, 11 de septiembre de 2019

11 de septiembre: Día de las maestras


11 de septiembre: Día de las maestras

Según estadísticas del Ministerio de Educación, entre 7 y 8 de cada 10 docentes en Argentina son mujeres. El número se incrementa en las auxiliares. ¿Estos números son proporcionales con la representación femenina en los espacios de poder?


Cada 11 de septiembre se celebra el Día del Maestro en Argentina en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento, conocido como "el padre del aula", en el aniversario de su fallecimiento.
Bajo la denominación Maestro, que se impone como universal, cabe disgregar que es en este sector donde se ensancha la brecha de mujeres que son maestras.

En la Argentina, según el último censo del sector, realizado por el Ministerio de Educación de la Nación en 2014, el 75,7% del personal que trabaja en establecimientos educativos son mujeres. Este número alcanza a un total de 894.767 personas, de las cuales 724.801 son docentes, y el resto se desempeña como auxiliares. Esto significa que entre 7 y 8 de cada 10 docentes en Argentina son mujeres. El sector más numeroso de todo el país, superando al personal doméstico y al de la salud. El número se incrementa en las auxiliares.

Estos datos representan en  la realidad material una verdadera contradicción: es escasa, incluso poco visible, la representación femenina en los espacios de poder fáctico. Muy a pesar de estos números,  las dirigencias tanto gremiales como ministeriales no han dejado de ser espacios meramente “varoniles”. La docencia, a pesar de ser considerada, más bien por el sentido común, como una actividad “esencialmente” femenina, sólo tuvo a dos ministras de educación en la historia argentina: Susana Decibe, última ministra de educación de Carlos Menem y Graciela Gianettasio, en el mandato de Eduardo Duhalde. Aunque sus presencias en esos espacios de poder no significaron una conquista, ya que la tarea de ambas implicó un ataque a la educación pública.

En lo que respecta a la representación sindical, desde su fundación (en el `73), la Ctera tuvo cuatro mujeres al frente: Mary Sánchez, Marta Maffei, Estela Maldonado y ahora, Sonia Alesso. Pero quienes siguen siendo vistos como voceros de sindicato, quienes negocian con los gobiernos, quienes responden a las entrevistas en la TV sobre las temáticas que atañen a este sector siguen siendo varones. Aunque las bases sean mujeres, las caras “visibles” y autorizadas, predominantemente son hombres.

La docencia como trabajo feminizado


La docencia es un trabajo feminizado, en particular en los niveles primarios e inicial. Esta feminización del trabajo educativo se remonta a los orígenes del sistema educativo y, a su vez, esta predominancia  se encuentra justificada bajo los preceptos de la ligazón de la educación básica con las labores de crianza, las tareas domésticas y demás actividades que son consideradas “de maternaje” lo que ensancha la brecha salarial y de representación con los varones.

Bajo la perspectiva liberal, el siglo XX se caracterizó por la generalización de la enseñanza básica en América Latina. Los valores que se defendían tenían que ver con la gratuidad y universalización de la educación (obligatoria) como un derecho, que los sectores populares seguimos defendiendo. Por lo que esta universalización implicó la incorporación masiva de mujeres para su formación como docentes, lo que significó la irrupción de una gran cantidad de mujeres que salieron de sus hogares, concebidos hasta entonces como su único entorno "natural", para ocupar los nuevos puestos de trabajo que generaba la educación pública. Esta inserción del colectivo de mujeres en la escena pública amplió la amplitud de derechos y de demandas pero siguió sumando responsabilidades  a las existencias de las mujeres mismas: el trabajo en las escuelas inserta a las mujeres en otro plano laboral pero anexa otra faena más a la crianza de las/los hijos y las tareas del hogar, por lo que estas diligencias alejan a las mujeres de los ámbitos de la política,lo que complejiza la participación femenina en el plano de “lo político”. Estas actividades “extra”  no son tenidas en cuenta a la hora de pensar en educación y mujeres, fluctúa en éstas una carga patriarcal que naturaliza y segmenta los espacios de participación de las mujeres.

Puede rastrearse en  1884 una política focalizada hacia las mujeres: la creación de Escuelas Normales sólo femeninas en cada una de las capitales de “provincia” con becas.  El Tercer Censo Nacional informa que para 1914, en Mendoza, la provincia contaba con 614 maestras y 115 maestros de instrucción primaria (pública y privada). Estas cifras representaban un 84 % de composición femenina del magisterio. Esta inserción sigue sin ampliar la calidad de vida de las mujeres en tanto trabajadoras: las extenuantes jornadas laborales sumada a las tareas escolares extra, la cotidiana exposición a la violencia laboral, incluso las experiencias de las docentes que enfrentan directamente violencia psicológica y/o física de sus parejas o ex parejas (lo que podría añadirse a la violencia institucional que se deriva de ello) hacen que muchas no puedan acceder a las licencias sin sortear duras trabas. Ni hablar del caso específico para la provincia de Mendoza en relación con el “ítem Aula”: las y los trabajadores de la educación deben ocultar dolencias propias, o de sus hijos/as para no perder un "incentivo" que representa un 10 % del salario. Así estas medidas han bajado los niveles de ausentismo y las denuncias por violencia de género, no porque hayan disminuido las situaciones en sí sino por el miedo circundante a perder el empleo o a la rebaja salarial, lo que significa un logro para esos burócratas  y un retroceso para la educación pública.

Virginia Pescarmona, docente de la Corriente 9 de abril (Lista Bordó del SUTE), afirma que “con el mandato social de estar siempre dispuestas a ayudar a los demás, en los últimos años, las maestras cargamos sobre nuestras espaldas la tarea asistencial que se ha impuesto en el ámbito escolar por el deterioro económico y social que significaron las políticas neoliberales de los 90”.Y no sólo las docentes. Otra invisibilidad que se suma es la de las mujeres que trabajan como celadoras en las escuelas, además de las auxiliares y las porteras, cuyos trabajos siguen siendo precarizados, de larga duración y muy mal pagos. De las docentes se espera que den  más que sólo educación: las expectativas van desde ver cómo están de salud, limpieza y alimentación sus estudiantes , pasando por la tarea de cuidadora (una suerte de niñera-maestra) hasta la contención psicológica de sus alumnas y alumnos, naturalizando así una prolongación de las tareas domésticas invisibles y no remuneradas, que en las lógicas capitalista y patriarcal siguen recayendo sobre estos (nuestros) cuerpos . Estos estereotipos refuerzan la idea de las (supuestas) "aptitudes maternales innatas": al pensarse como parte del ámbito del afecto, la función docente tiene mala remuneración y escasa valoración simbólica, tensionando la idea del afecto con el pensar que esta tarea es “natural” de una mujer docente y  en esa decidida e ideológica naturalidad se justifica esa mala paga ya que  si es así es porque requiere poco esfuerzo, es “innata”, porque ¿qué valor específico puede tener una actividad que se supone que surge espontáneamente en las mujeres por el simple hecho de “ser mujeres”?

Además, Pescarmona agrega que  “bajo el discurso de la “vocación” se ha escondido por más de un siglo un verdadero “trabajo no remunerado” que permite ahorrar dinero al estado, robar derecho, y hasta atacar los conflictos cuando las trabajadoras de la educación salen a reclamar, convocando, por ejemplo, “voluntarios” para cubrir las aulas de maestras en huelga.”

Reivindicación de las maestras mendocinas

Durante meses de marzo de 1919 y enero de 1920 se gestó un conflicto social emblemático en  la historia docente e importante a nivel provincial y nacional, protagonizado por el magisterio mendocino. A partir de reclamos en torno a la inestabilidad laboral y jubilatoria, la desprotección legal y el atraso crónico en el pago de los salarios –que para ese entonces sumaban ocho meses–, un grupo de maestras y maestros se organizaron sindicalmente.

En la foto, Florencia Fossatti(izquierda), Mará Elena Champeau y Rosario Vera Peñaloza 
Entre ellas rescatamos las presencias de la maestra Angélica Mendoza (1889- 1960), apodada “La Negra”, quien participó de esta huelga. Ella fue pedagoga, gremialista e intelectual en su época. En 1925 formó parte de una ruptura del Partido Comunista que se constituyó en el Partido Comunista Obrero (PCO) y dirigió su  órgano de propaganda: La Chispa. Además fue secretaria internacional de la Comisión Interamericana de Mujeres con sede en Buenos Aires. En 1928, cuando todavía la mujer no tenía derecho a voto, Angélica fue presentada como candidata a la presidencia por el PCO.  Escribió el libro “Cárcel de mujeres. A propósito de mi paso por el Buen Pastor “. Florencia Fosatti (1888-1978) fue una de las líderes de la huelga de docentes de 1919 en Mendoza. También fue pedagoga, gremialista e intelectual. Precursora de la llamada “Escuela Nueva”, murió a los 90 años de edad, el 2 de diciembre de 1978. Y no podemos dejar de lado a María Elena Champeau, de quien no se tienen datos fidedignos de su nacimiento y muerte, pero junto con Florencia Fossati  encabezó la renovación pedagógica argentina, y participó en esta huelga. La llamaban la “revolucionaria del Magisterio”. Ella aplicaba en la escuela el Método Montessori y luchó por elevar el nivel y la calidad de la escuela, por lo que buscaba desarrollar una escuela laica, democrática y autogestiva. Todas ellas y muchas otras fueron cesanteadas, perseguidas incluso encarceladas. Ellas fueron, además, socialistas, anarquistas y comunistas.

Luego de un siglo de luchas, que involucran el cubrir la canasta familiar, el pedido expreso de capacitación en servicio, además de la existencia de jardines maternales y escuelas infantiles en todos los ámbitos de desempeño de las trabajadoras de la educación y durante su formación ,siguen siendo una bandera para terminar con la contradicción de ser partícipes de las bases de un sector predominantemente femenino pero dirigido, guionado por hombres, que terminan siendo quienes definen el destino de estas millones de mujeres que integran la fuerza laboral de la educación.

Por esto decimos que basta de invisibilizarnos, el 11 de septiembre también es el día de las maestras.


Por Yamila Medero




viernes, 2 de junio de 2017

En memoria de Sara Rietti

Por Alejandra Ciriza

Sara Bartfeld, Sarita, nació en Buenos Aires en los años 30 del siglo XX y se fue de este mundo hace apenas unos días, el 28 de mayo de 2017. Sarita, como le decíamos con cariño y admiración, estuvo entre quienes, pioneras en su tiempo, ingresaron a la universidad cuando las mujeres éramos escasas, además de excepcionales. 



En 1949 inició sus estudios en química la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, que finalizó en 1953 convirtiéndose en la primera química nuclear argentina. Entre 1955 y 1966 fue docente e investigadora en el departamento de Química Inorgánica y Fisicoquímica, donde trabajó con compuestos volátiles de elevada complejidad, los boranos. En 1963 obtuvo su doctorado, también en la Universidad de Buenos Aires. Por esos años se casó con Víctor Rietti, tuvo un hijo y dos hijas y continuó su trabajo en el campo de la investigación científica. 
El trabajo de laboratorio y la experiencia de compartir espacios de conocimiento y sociabilidad con otros y otras en la facultad de Ciencias Exactas, el haber transitado su vida como científica en un cuerpo de mujer, fueron la base de su reflexión sobre las  relaciones entre  ciencia, tecnología y sociedad.
El tiempo de su formación, que fue el de la edad de oro de las universidades públicas en  el país, hasta que la dictadura de Onganía les asestara el golpe conocido como  “la noche de los bastones largos”, permitió el desarrollo del grupo más destacado de científicos argentinos del siglo XX: Sara Rietti fue compañera y amiga de César Milstein, Rolando García, Oscar Varsavsky, Manuel Sadosky, José Babini, entre otros. 


En 1966, después de la intervención de la Universidad, dirigió su actividad al campo Ciencia, Tecnología y Desarrollo. Fue fundadora, con Babini y Gregorio Klimovsky, del Centro de Estudios de Ciencias y miembro asociada del Centro de Planificación Matemática conducido por Varsavsky. 
Sara, que compartió con quien fuera su maestro el interés por las relaciones entre ciencia, desarrollo y democracia abogó desde entonces, y lo sostuvo a lo largo de su fructífera vida,  por un ciencia autónoma y por la democratización del conocimiento. 
Varsavsky, que era químico y matemático, comenzó a preguntarse, a partir de los acontecimientos políticos de fines de los 60, por las relaciones entre ciencia y sociedad. Inspirándose en algunas ideas de Thomas Kuhn desplegó una crítica a las normas que rigen el desarrollo de las ciencias. Desde su perspectiva la obsesión por los métodos encubre, en la ilusión de la libertad de investigación, un mecanismo que garantiza la sujeción de los científicos a las estrategias de expansión del capital y a las leyes del mercado produciendo dependencia en el campo científico-tecnológico y patrones académicos individualistas que, aunque se presenten como neutrales, benefician a una elite mundial poderosa que impone silenciosa e imperceptiblemente los paradigmas establecidos para la producción de conocimiento
En esa línea, Sara intervino activamente en un proyecto de ciencia abierta a la articulación entre saberes, tendiendo puentes entre las ciencias llamadas “duras” y las “blandas”, historizando la producción científica, poniendo en tela de juicio la equiparación entre universalidad y  objetividad descomprometida,  deslocalizada, descorporizada.


La idea de que la ciencia se halla en el corazón del mundo en que vivimos la indujo a pensar que es preciso tejer una urdimbre que ligue procesos que a menudo se perciben como separados: la producción de conocimiento y la educación de los/las sujetos.  La condición para la democratización del conocimiento se halla en educar a los/las  ciudadanas comunes de modo que dispongan de una alfabetización suficiente como para no dejar en manos de expertos las decisiones inherentes al campo de la ciencia y la técnica. 
Sara, interesada en enseñar-aprender  no dudó en procurar por las vías para garantizar esa educación científica: fue directora de la Colección Científica del Centro Editor de América Latina e integró su directorio durante 20 años. Desde luego compartía con Boris Spivakow el compromiso con una cultura para todos y todas que la editorial promovía.
Tras la dictadura militar, en 1983, y bajo el horizonte de expectativas y esperanzas abierto con el retorno a la democracia colaboró con Manuel Sadosky en la tarea de repatriación de los/las científicos expulsados durante los años de plomo ocupando, entre 1983 y 1989, la Jefatura de Gabinete de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación, y  responsabilizándose por  la cooperación internacional. 


A partir de 1988 coordinó la Maestría en Política y Gestión de la Ciencia y la Tecnología de la UBA, donde también ejerció como docente hasta 2010 generando un espacio de debate, formación, intercambio. 
A sus inquietudes latinoamericanistas fue sumando otras. Compartió con Diana Maffía, en el marco del espacio brindado por la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCYT) la pregunta por el lugar de las mujeres en la ciencia, una pregunta que le permitió cuestionar las ideas de neutralidad y objetividad dese un punto de vista crítico del modelo androcéntrico de cientificidad. Integrante activa del Foro Nacional Interdisciplinario Mujeres en Ciencia, Tecnología y Sociedad, Sara Rietti subrayaba la potencialidad implicada en el ingreso de las mujeres en el campo académico señalando que es sólo a partir de la asunción de las diferencias que se puede contribuir a la transformación de la ciencia y la tecnología y su relación con la educación y una buena vida para el conjunto de la sociedad. 
Mantuvo hasta el final de su fecunda y generosa vida diálogo con destacados científicos y científicas: acompañó a Andrés Carrasco en su denuncia de los efectos del glifosato, compartió con Alicia Massarini una intensa labor docente en la Maestría en Política y Gestión de la Ciencia y la Tecnología,  con Martín Isturiz el espacio del Grupo de Gestión de Políticas de Estado en Ciencia y Tecnología y la inquietud por  el rumbo de las políticas científico-tecnológicas y el destino del país, un asunto que no sólo debe ser competencia de funcionarios y académicos, sino de los movimientos sociales, los/las trabajadores de CyT, las asociaciones civiles, los sindicatos. 
Sara estuvo ligada con otros investigadores latinoamericanos como el chileno Mario Albornoz, y el brasileño Renato Dagnino en el esfuerzo por pensar un sistema científico acorde a las necesidades del sur.  Durante años trabajó en un proyecto conjunto del Programa CAPES-SPU, que articula el Centros de Política y Gestión de Ciencia y Tecnología de la UBA y el Departamento de Política Científica y Tecnológica / IG / UNICAMP, Brasil.
Sarita ha recibido numerosos reconocimientos: en 2010 la Sala que ocupaba entonces el Instituto de Estudios de Género de la Universidad Nacional de Cuyo fue nombrada Sara Rietti; el 4 de noviembre de 2011 la Universidad Nacional de Rosario le otorgó un doctorado honoris causa. 


Inquieta, ingeniosa, sagaz, brillante, hondamente comprometida, Sarita se movía con soltura en distintos mundos: el de los debates acerca de las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad, pero también el de las relaciones entre mujeres y ciencia. Entre nosotras revolotea aún su sonrisa, sus ojos azules y vivaces, su palabra precisa, sus observaciones, su deseo de un debate a la vez preciso y politizado, pero también tierno  y sensible sobre la ciencia necesaria para una sociedad  en la que quepan todas y todos.

Fotos de Sara Rietti: Noelia Guzmán para el diario El Sol

lunes, 22 de mayo de 2017

Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres 2017

Todos los 28 de mayo el calendario señala que es el Día Internacional por la Salud de las Mujeres. Durante el año 1987, en Costa Rica, se realizó el V Encuentro Internacional sobre Salud de la Mujer donde la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Sexuales proclamó este día, que fue la cristalización de una necesidad de visibilizar las dificultades que tienen muchas mujeres al momento de acceder a los servicios de salud, particularmente los vinculados a la salud sexual y reproductiva. En esta línea desde la Universidad Nacional de Cuyo lxs invitamos a participar de diversas actividades para concientizar acerca de estas problemáticas.


Comenzamos el día miércoles 24 de mayo, desde las 17 horas, en el aula F de la Facultad de Ciencias Médicas se realizará en primer lugar una representación sobre Violencia Obstétrica, la cual es una realización colectiva del elenco de teatro de la Facultad de Ciencias Médicas. Luego a las 17:30 se desarrollará el Conversatorio "Violencia Obstétrica: Repensando nuestras prácticas", con una dinámica participativa de recuperación de la palabra y sistematización, a cargo de integrantxs de la Cátedra Libre "Salud Comunitaria y Género y "Alumbra" agrupación a favor de los derechos y deseos de las mujeres en sus procesos reproductivos.

El siguiente miércoles, 31 de mayo, en el aula Bicentenario de la Facultad de Ciencias Médicas se realizará la charla "Salud y Política de los Cuerpos", a cargo de Claudia Anzorena, socióloga, magister en Política y Gestión de la Educación y doctora en Ciencias Sociales; Florencia Linardelli, licenciada en Trabajo Social y especialista en Salud Mental; y Patricia Schwarz, socióloga, magister en Investigación en Ciencias Sociales y doctora en Ciencias Sociales. Ambas actividades cuentan con entrada libre y gratuita y se entregarán certificados de asistencia.

En la organización se encuentra La Simona, grupo de mujeres independientes y organizadas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo que buscan crear un espacio de debate, formación y denuncias contra la violencia de género que sufren las mujeres sistemáticamente en todos los ámbitos de la salud y la educación; la Cátedra libre "Salud Comunitaria y Género" también de la Facultad de Ciencias Médicas; y el Instituto de Estudios de Género y Mujeres de la Universidad Nacional de Cuyo.



jueves, 18 de mayo de 2017

8 De Marzo ¿Día de la Mujer? Historia, presente y perspectivas

El conversatorio "8 de marzo ¿Día de la Mujer? Historia, presente y perspectivas" se llevó a cabo el jueves 16 de Marzo en la Facultad de Filosofía y letras. Fue Organizada por el Centro Interdisciplinario de Estudios de las Mujeres (CIEM), dirigido por la Dra. Gladys Lizabe y auspiciado por el Instituto de Estudios de Género y Mujeres de la UNCuyo (IDEGEM). Además, contó con el apoyo del centro de estudiantes de ésta Unidad académica.



El conversatorio, cuyas moderadoras fueron Susana Tarantuviez y María Silvina Bruno (CIEM, FFyL, UNCuyo), contó con la presencia de invitadxs especiales que reflexionaron en torno al día de la Mujer, el sentido de ésta conmemoración, el rol actual de las mujeres en las diferentes disciplinas, y los desafíos a futuro en torno al tema.

Las disertaciones abordaron la temática central desde diversas disciplinas de estudio, y poniendo en común diferentes puntos de discusión acerca de la misma. Claudia Anzorena (INCIHUSA-CONICET, IDEGEM-UNCuyo) hizo un abordaje acerca de los derechos reproductivos y sexuales, el origen y periodización del concepto, los avances en esta materia en nuestro país, y los puntos que aún siguen pendientes para garantizar plenamente estos derechos.

Susana Tarantuviez hizo una relación entre literatura y machismo, llamando la atención sobre la necesidad de buscar desde la academia una mirada crítica, incluso ante las obras de aquellos autores “consagrados” de la literatura, impidiendo así, la naturalización de la subordinación de las mujeres en las obras literarias. En esta línea, María Gabriela Vázques (CIEM, FFyL, UNCuyo) reflexionó sobre las mujeres y la reproducción del conocimiento científico, abriendo interrogantes acerca del rol de la mujer en las casas de altos estudios.

Otras temáticas abordadas fueron Las mujeres Silenciadas en la música, la perspectiva feminista en las relaciones internacionales y la participación de las mujeres en el mundo diplomático, el tratamiento mediático del 8M en Mendoza, la relación entre Filosofía y cuerpo, y la discriminación dentro de la universidad. Además, se realizó una lectura de poemas escritos por internas del Borbollón.

Por su parte, Laura Martín y Claudia Polo, realizaron una intervención artística basada en el poema de Gioconda Belli “Ocho de Marzo”.

Cobertura: Magalí Cingolani

Música, poesía y Mujeres en la Facultad de Artes y diseño





En el marco del mes de las Mujeres organizado por la FAD y el IDEGEM, el viernes 31 se realizó la actividad de cierre, con una conferencia a cargo de la magíster María Victoria Muñoz y el concierto “Tango con aroma de mujer”, a cargo de Gabriela Guembe y Bárbara Buono.




María Victoria Muñoz emocionó a los presentes con un relato que indagó en la vida de cuatro poetas mujeres signadas por una tragedia en común: el suicidio. Las cuatro escritoras, además, fueron fuente de inspiración para la composición musical, y sus poesías dejan entrever el sufrimiento y las dificultades por las cuáles debieron atravesar en sus carreras. Se trató de las estadounidenses Sara Teasdale (1884,1933) y Sylvia Plath (1932,1963), y las argentinas Alfonsina Storni (1892-1938) y Alejandra Pizarnik (1936-1972).

La presentación combinó el desarrollo del tema con la lectura de poesías, la música y una profunda reflexión acerca de las penurias de las autoras y su reflejo en aquello que escribieron, haciendo hincapié en el componente transgresor presente en sus vidas y obras.

La actividad cerró con “Tango con aroma de mujer”, un hermoso concierto de tangos para chelo y piano y solos, interpretados por Gabriela Guembe (Violonchelo) y Bárbara Buono (piano), que finalizó con un bis para piano a cuatro manos.

La actividad cierra un mes de las Mujeres colmado de actividades en la Facultad de Artes y diseño coordinadas por Elena Dabul, quien se mostró agradecida por la oportunidad de participar en los proyectos que impulsa el IDEGEM, y agradeció a las autoridades de la Facultad por apoyar las propuestas que se desarrollaron.

Cobertura: Magalí Cingolani

viernes, 28 de abril de 2017

Las mujeres y la música: testimonios y miradas de cinco referentes de Mendoza






Con la coordinación de la pianista, docente e investigadora Elena Dabul, se realizó el jueves 27  de marzo en la Facultad de Artes y Diseño un debate acerca de los desafíos, logros y dificultades de las mujeres en el ámbito musical. En un ambiente ameno e íntimo, cinco referentes de la música en Mendoza hicieron un recorrido por sus trayectorias de vida y sus experiencias, reflexionando desde ese punto de partida acerca del rol de las mujeres, las conquistas alcanzadas, y los caminos que aún quedan por recorrer.




Las invitadas fueron la reconocida compositora e investigadora Susana Antón, la licenciada en canto y profesora  Alejandra Bermejillo, la pianista y chellista Gabriela Guembe, la profesora y Mgter en Violín Mariela Nedyálkova y la profesora de enseñanza musical Adriana Piezzi. El encuentro comenzó con la actuación de Alejandra Bermejillo, acompañada de la guitarra de Diego Ferreira, para dar luego comienzo al debate.

Las cinco participantes consideraron que ha habido en los últimos años notorios avances en cuanto a la participación de las mujeres en los distintos lugares en los que se desempeñan, pero que la inequidad sigue existiendo a la hora de ocupar cargos jerárquicos, y en aquellos que implican la toma de decisiones. Destacaron que la mayoría de lxs egresadxs de la facultad son mujeres, hecho que habla del lugar que las mismas están dándose en el ámbito académico más allá de los prejuicios y modelos dominantes.

Un factor recurrente a la hora de mencionar las dificultades con las que se encontraron a lo largo de sus carreras fue el de la maternidad. Se remarcó lo imposible de la dedicación exclusiva a esta tarea siendo profesionales, y la importancia de la toma de conciencia por parte de los hombres y del Estado para que las tareas de cuidado y crianza sean compartidas y permitan a las mujeres desarrollarse profesionalmente.

Convencidas del poder transformador de la música, todas las disertantes dejaron un mensaje que invita a la reflexión y aportaron una mirada que permite dar luz a nuevos sentidos e interpretaciones acerca del mes de las mujeres y la importancia de su conmemoración.

El Mes de las Mujeres en la Facultad de Arte y Diseño tendrá su cierre el viernes 31 a las 18:30 hs en el aula magna de dicha dependencia, con la conferencia: “Mujeres de almas torturadas e incomprendidas: Música y poesía”, dictada por María Victoria Muñoz y el concierto “Tango con aroma de Mujer”.

Cobertura: Magalí Cingolani